Inhibición de células cancerosas
Las Sudemicinas son una familia de moléculas que inhiben la proliferación de células cancerosas y, por lo tanto, el crecimiento de tumores cancerosos. Hace tres años existía ya una molécula que se consideraba la más estable y activa de este grupo de compuestos, Sudemicina D6. Sin embargo, a finales del año 2016, un equipo de químicos y biólogos en el que participa Kamil Makowski, docente de la Escuela de Ciencias Químicas e Ingeniería de Yachay Tech, sintetizó la Sudemicina K, considerada tres veces más efectiva, además de ser más estable.
¿Cómo lo logró?
Existe una relación entre el cáncer y el pre-mRNA (Pre-RNA Mensajero). Para entenderla debemos hablar de splicing, específicamente splicing alternativo. El pre-mRNA contiene intrones, partes sin información genética, y exones, partes con la información genética codificada; al ocurrir el splicing alternativo, se juntan sólo los exones para obtener mRNA maduro. Sin embargo, algunos exones se emiten en determinados procesos, lo que quiere decir que es posible obtener distintos tipos de mRNA, de acuerdo con las necesidades proteicas de la célula: de un mismo gen, se pueden obtener distintas proteínas. Este proceso es completamente normal y es lo que nos ayude a tener una diversidad proteica.
En el caso de las células cancerosas, el splicing alternativo se convierte en una herramienta para, en palabras sencillas, producir las proteínas y enzimas que les “interesan”. El splicing alternativo se lleva a cabo a través de una compleja maquinaria molecular, su nombre es Espliceosoma y está construida de varias proteínas. Dentro de esta “máquina” molecular existe una proteína llamada SF3B1, que se encuentra mutada en muchos tipos de células cancerosas, permitiendo que produzcan lo necesario para adaptarse, crecer y sobrevivir.
Debido a que las células cancerosas proliferan con una velocidad mucho mayor que las células normales por un lado necesitan evitar la muerte programada de las células, para garantizar su supervivencia, y por otro lado adaptar su metabolismoya que las células de un tumor, tienen acceso restringido a oxígeno y nutrientes, por lo que debe adaptar su metabolismo para seguir creciendo
Sin embargo, hace algunos años se vio que existen unas moléculas orgánicas pequeñas de origen bacteriana interactúan con la Espliceosoma y en concreto con la proteína SF3B1, inhibiendo el splicing alternativo y, por tanto, la proliferación de células cancerosas y el crecimiento de tumores. Sin embargo, estos productos naturales son inestables químicamente y además son complejos aa la hora de sintetizar, lo que les hace inviables para la creación futuros medicamentos.. Las Sudemicinas fueron una respuesta sintética a estas desventajas, presentan una estructura más simple, son más estables y siguen siendo activas.
Aquí es donde el estudio de Kamil y su equipo entra en relevancia, su creación, la Sudemicina K, es tres veces más efectiva que su antecesor, con actividad citotóxica en rango nanomolar bajo, es decir que su nivel de toxicidad para la célula es mínimo. Además probó ser más estable, actuar más tiempo y estar más tiempo biodisponible en células cancerosas de diferentes tejidos. En este momento Kamil espera poder sintetizar más cantidad de Sudemicina K para probarla in vivo y comprobar sus efectos en la inhibición del crecimiento de tumores cancerígenos. Para leer la publicación completa puedes hacer click AQUÍ.