Conversamos con Katherine Loachamin, estudiante quiteña de Biología que trabaja con compuestos químicos derivados de tiadiazina que están siendo evaluados como antimaláricos.
Cuando Katherine Loachamin llegó a Yachay Tech, tenía un yeso en la pierna. A pesar de que todo era nuevo, ella siente que estaban muy preparados para recibirla. Katherine recuerda que todos llevaron su situación con tranquilidad y amabilidad. Sus compañeras le prestaron el apoyo que necesitaba. “Me caí de la bicicleta un mes antes, y en realidad fue bueno porque no conocía a las personas pero todos me trataron muy bien” cuenta. Después de poco tiempo, el yeso fue retirado y Katherine se adaptó a la vida universitaria con tranquilidad.
A la hora de escoger su carrera, Katherine estaba un poco confundida entre Química y Biología. Sin embargo, escogió su carrera debido a que su interés está en la genética médica. “Me interesa porque en Ecuador no hay mucho eso y hay muchas enfermedades que tienen que ver con los genes. Creo que siempre me interesó ayudar a la gente que tiene enfermedades que aquí no se conocen pero que podríamos tratar si tuviéramos las herramientas correctas”, comenta.
Sin embargo, para su tesis, decidió explorar un poco más el campo de la Farmacología, que también le gusta mucho. “Tuve la oportunidad de trabajar con compuestos químicos derivados de tiadiazina que están siendo evaluados como antimaláricos”, explica. Ella trabajó directamente con ensayos en vivo, en la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá. Estos fármacos están siendo probados como tratamiento de la Malaria en vertebrados (Ratones BALB/c). Los compuestos que Katherine usa para su investigación fueron donados por Hortensia Rodríguez, Ph.D., decana de la Escuela de Ciencias Químicas e Ingeniería, y ya fueron estudiados para tratamiento de otras enfermedades causadas por parásitos, con resultados muy favorables.
La investigación de Katherine tuvo resultados satisfactorios. Ella cuenta que, junto a su equipo, usó seis compuestos, de los cuales cuatro probaron ser efectivos. Sin embargo, estos compuestos deben pasar por una nueva etapa de evaluación para probar su efectividad. El equipo realizó unas primeras pruebas piloto en las que analizó cómo los componentes combaten a los parásitos en el estadío de los glóbulos rojos. ”También investigamos cómo responde el cuerpo, en ratones, ante estas drogas” cuenta Katherine. Esto se realizó una vez en la Universidad Nacional de Colombia y se replicó en la Universidad Central del Ecuador. Una vez concluida su investigación, Katherine planea continuar con sus estudios de postgrado.