Conversamos con Andrés Guerrero, estudiante de Nanotecnología, lojano radicado en Guayaquil, que trabaja en el desarrollo de biosensores electroquímicos, basados en nanotubos de carbono modificados con nanoestructuras de titania.
Cuando Andrés Guerrero iba a postular para la universidad, buscó varias opciones en su ciudad, pero nada parecía llamarle la atención. Él siempre quiso estudiar algo relacionado con ciencia. Entonces fue cuando, después de tanto buscar y ya cerca de las postulaciones, una amiga de la familia le comentó acerca de la Universidad Yachay Tech. Andrés investigó acerca del proyecto y decidió, con absoluta determinación que debía estudiar en Yachay Tech.
Al llegar a Yachay Tech, Andrés recuerda que pensó que era una universidad que sería construida por todos los que formarían parte de ella. “Era algo que todos íbamos a construir desde cero, que tiene todos los buenos propósitos, las ganas de formar algo grande, pero todos teníamos que poner nuestro esfuerzo para construirlo” describe. Eso incluía la buena convivencia con sus compañeros.
A pesar de que en un inició fue maravillosa, Andrés experimentó algunas dificultades. ‘Conforme pasó el tiempo, me di cuenta de que no todo es color de rosa, la convivencia también es difícil’ admite. Fue cambiando de compañeros hasta más avanzada su carrera. Reconoce que ahora encontró las personas con las que verdaderamente congenia en el sentido de la convivencia.
Sin embargo, esa no fue la única búsqueda de Andrés durante su carrera. Él supo que la Nanotecnología era lo suyo, hasta que empezó a considerar que la Física también era una opción. La duda surgió por el gusto que él tiene por el camino teórico y computacional de la ciencia, a pesar de que la perspectiva experimental también le apasiona. Finalmente decidió que estar en el laboratorio era lo que más le gustaba. Aunque está seguro de que su formación le permitirá dedicarse al campo teórico también, si en algún momento quisiera hacerlo.
Por el momento, se mantiene en el laboratorio y trabaja en el desarrollo de biosensores electroquímicos, basados en nanotubos de carbono modificados con nanoestructuras de titania, para la detección de peróxido de hidrógeno. Esto es importante porque la catálisis para la detección de peróxido de hidrógeno es una de las reacciones modelo con la que se puede empezar. A partir de aquí, se intenta detectar cualquier otro tipo de moléculas que envuelvan la presencia de este compuesto, incluyendo biomoléculas. Este compuesto también es importante dentro de la industria textil, alimenticia, farmacéutica y aeroespacial. Además, el peróxido de hidrógeno está presente en algunas reacciones dentro del cuerpo humano, por eso también es importante detectarlo.
Andrés realiza esta investigación como su trabajo de titulación, parte de un macro-proyecto en el desarrollo de biosensores enzimáticos financiado por CEDIA (Corporación Ecuatoriana para el Desarrollo de la Investigación y la Academia), bajo la supervisión de Gema González, Ph.D., docente de la Escuela de Ciencias Físicas y Nanotecnología. Él cuenta que escogió este tema debido a que, a pesar de que su campo tiene mayor relación con la Física y Electroquímica, siempre le ha gustado también la Biología. Una vez que concluya su investigación, Andrés espera continuar con sus estudios. Admite que lo que más le interesa es permanecer en la academia, desarrollando investigación, por lo que continuar con una maestría y doctorados son los caminos correctos para él.