Conversamos con Estefanía Benavides, estudiante ibarreña de Biomedicina que trabaja con fibras de plantas para crear bio-compuestos que tengan aplicaciones biomédicas.
13 de marzo de 2019
Estefanía fue parte del Grupo de Alto Rendimiento, por lo que tuvo la posibilidad de obtener una beca en el exterior, sin embargo, decidió apostarle a Yachay Tech. Quería estudiar medicina, pero sin dejar de lado la parte tecnológica, por lo que la carrera de Biomedicina era perfecta para ella. Además, está muy cerca de su casa en Ibarra. Aún así, Estefanía decidió solicitar vivienda en el campus de todas formas. Quería experimentar la vida en convivencia con sus compañeros. Resultó una experiencia maravillosa. De hecho, dice que es lo que más va a extrañar de la Universidad: sus compañeros.
Cuando empezó su primer semestre, lo que más le gustó fue eso. Conocer personas de todo el país y de otros países. Resalta que los docentes fueron siempre muy cercanos a los estudiantes. Aunque fue duro también por las exigencias académicas que tenían que cumplir. Ella siempre supo que Biomedicina era la carrera que quería estudiar, por lo que se mantuvo en ella desde que inició en Yachay Tech.
Ella cuenta, por un lado, que lo más difícil de iniciar su carrera, después de la etapa de tronco común, fue la transición entre español e inglés. Tuvo que adaptarse a recibir toda una clase en inglés, lo que le resultó complejo al principio. Sin embargo, insiste en que los profesores le ayudaron mucho en este proceso. Ellos han aportado a su vida de forma académica y personal.
Por otro lado, cuenta que lo que más le gusta es la parte práctica, estar en el laboratorio. Sus prácticas preprofesionales las hizo en un laboratorio de biología molecular y microbiología de la Universidad Técnica del Norte. Su tesis también implica varias horas de laboratorio: trabaja con fibras de plantas para crear bio-compuestos que tengan aplicaciones biomédicas.
Está colaborando con Frank Alexis, Ph.D., docente de Yachay Tech. Trabaja específicamente con coco y yute y por el momento, sus bio-compuestos parecen tener futuro en los implantes dentales. Para obtenerlos, Estefanía extrae las fibras de las plantas y la combina con una matriz de polímeros. Una vez obtenidos, el siguiente paso es realizar pruebas mecánicas para analizar las propiedades del compuesto y si es viable para la aplicación.
Una vez que concluya su carrera, Estefanía quiere dedicarse por un año a trabajar en Ecuador, antes de iniciar su maestría. Le interesa la aplicación de su carrera en la industria farmacéutica por lo que espera iniciar una maestría en esa área el próximo año.