Actualmente, varias investigaciones científicas en animales cuestionan si es que la inteligencia es una característica exclusiva de seres humanos. Si bien tenemos una capacidad de pensamiento abstracto que nos distingue de otros animales, se ha demostrado que el uso de herramientas, el razonamiento y la capacidad de aprendizaje no son exclusividad de los humanos.
Para llegar a esta conclusión se han analizado algunas especies animales que demuestran niveles de inteligencia avanzados. Evidentemente los más conocidos son los primates, pero hay otras especies como las aves que pueden dar nuevas luces sobre la inteligencia.
Markus Tellkamp, docente de la Escuela de Ciencias de la Vida y Biotecnología de Yachay Tech, estudia las aves en contextos arqueológicos y paleontológicos. De acuerdo a Tellkamp estos animales vertebrados tienen comportamientos muy complejos que, aunque no tengan una relación directa con los mamíferos – en especial los seres humanos – su complejidad puede servir de modelo para el estudio de procesos complejos como la neurociencia.
Las aves aportan al estudio de algunas ramas de la ciencia, en ecología y estudios del comportamiento son más estudiadas que algunos mamíferos. “En la naturaleza, todos los días podemos decir que hemos visto o escuchado a una especie de ave. ¿Cuántos mamíferos podemos decir que hemos vistos ese mismo día? Tal vez una vaca cuando paseamos por el campo, pero en estado silvestre es muy difícil observarlos”, dice Tellkamp. “Es más fácil estudiar la conducta de un gorrión que está en todas partes, que estudiar el comportamiento de un ratón que es difícil rastrear”.
Resulta además, que las aves y los seres humanos tenemos un ancestro en común, un reptil que posiblemente vivió hace cientos de millones de años del cual se desprendieron dos linajes. De uno de ellos se dio lugar a los mamíferos y por otro tortugas, reptiles, dinosaurios y aves.
De acuerdo a Carlos Antonio Rodríguez, estudiante ecuatoriano del programa de Doctorado de Neurociencias y Comportamiento Animal de la Universidad de Emory (Atlanta, EEUU), a pesar de que han pasado más de 300 millones de años de evolución, existen estructuras cerebrales que se han conservado en los dos grupos.
“La evolución tiende a ser muy conservadora y en lugar de cambiar características que son muy vitales para su supervivencia, las mantiene”, explica. “Muy probablemente hay estructuras cerebrales en común que se conservan porque tienen una función especial en la supervivencia de las especies”.
En los últimos 20 años ha habido una pequeña revolución en el entendimiento de las aves y muchas áreas de su cerebro no son tan primitivas como se pensaba. Por ejemplo, las aves tienen un sistema nervioso muy avanzado, un cerebro desarrollado, capacidad de reconocerse cuando están frente al espejo, desarrollo social para interactuar entre sí y el uso de herramientas para lograr sus objetivos.
El aprendizaje vocal es una de las características que comparten con los seres humanos. Existen dos tipos de aprendizajes: el aprendizaje auditivo y el aprendizaje vocal.
El aprendizaje auditivo es lo que tienen animales como los perros que ladran por instinto pero no pueden responder vocalmente con su nombre. El aprendizaje vocal se refiere a la necesidad de interacción con otro miembro de la misma especie para vocalizar. Estos dos tipos de aprendizaje no son contrapuestos el uno del otro, animales como las aves tienen los dos tipos de aprendizajes mientras que animales como los perros carecen de aprendizaje vocal.
“Si crías a un perro sin ninguna interacción con otro perro, muy probablemente va a ladrar cuando sea adulto”, explica Rodríguez. “Cuando crías un ave, sin interacción con otra ave, el pájaro no va a cantar cuando sea adulto. Al igual que los seres humanos, las aves necesitan observar y escuchar para aprender a cantar. ¡Ahí está la diferencia!”.
De acuerdo a Tellkamp, muchas aves aprenden a cantar cuando todavía están en el nido y perfeccionan el canto durante su primer año escuchando a otros individuos. Otras aves perfeccionan el canto en su primer año y no tienen la habilidad en la estructura del aparato vocal para generar diferencias de canto. Sin embargo, la capacidad de perfeccionamiento del canto es evidencia de que han aprendido.
Son algunas teorías científica que manejan. Markus Tellkamp, como biólogo considera que hay aves con mayor capacidad de aprendizaje que otras. “La habilidad para aprender no está relacionada con la complejidad y aprendizaje”, asegura. “Depende de qué aspecto te interesa. Si es habilidad para aprender cantos serían los sinsontes por ejemplo, para comportamiento los cuervos”.
Tellkamp asegura que todas las especies pueden aprender pero difiere en su habilidad. “Hay especies que tienen comportamientos heredados, como los pollos aunque no heredan todo su comportamiento”, dice. “Aprenden pero no al mismo nivel que otras especies como los cuervos, los gavilanes y halcones que tienen una gran habilidad para pensar y razonar”.
Para Rodríguez no hay una clara diferencia entre aves que se guían por instinto y aves que se guían por razonamiento y aprendizaje. “Los pollos pueden aprender a encontrar alimento observando a sus compañeros a hacerlo”, explica. “El hecho de que un ave aprenda o no a cantar no dice nada acerca de si sea buena o mala para aprender cosas. En general, en todas las especies de animales tanto comportamientos heredados como aprendidos son importantes para funcionar adecuadamente”.
Cada animal aporta al estudio de la ciencia con sus características. Cada investigación aporta en el análisis de procesos en el ser humano sin que para este entendimiento se deba empezar de cero. Lo interesante es que se abre un abanico de posibilidades, sin cerrarnos únicamente al estudio de primates. Son análisis que se pueden luego traducir al ser humano para entenderlo cada día más.